Este libro propone un travelling histórico por una de las mayores aventuras intelectuales de Occidente: el estoicismo.
Nacido como una escuela en la Grecia helenística (en un momento de desconcierto en el que los atenienses, desencantados de la sociedad, buscaban soluciones individuales a sus problemas), se trasladó al Imperio romano, donde sus ideas fueron acogidas por emperadores, cortesanos y esclavos.
Sustentado en la creencia de un destino superior que rige el universo y en la armonía de todas las criaturas existentes, el estoicismo ofrecía a sus seguidores resignación y fuerza a partes iguales, tanto para soportar el dolor y la enfermedad como para hacer frente a los desafíos personales y políticos.