Cada historia reducida a su mínima expresión, se relata con pulso medido con una seguridad propia de veteranos fabuladores.
Si suele decirse que la imaginación es la loca de la casa, en la mayor parte de estos cuentos resulta ser la más cuerda de las locas posibles al generar su propia realidad, no pocas veces surreal, pero de un verosimilitud incuestionable por su stajante presencia. Y es que las cosas en los textos de Jaramillo Barnes no son siempre lo que parecen.
En estos 53 cuentos todo es posible, sobre todo lo imposible, ya que el talento creativo, por su propia naturaleza, produce vectores inauditos que, más allá del artificio vano, generan realidades novedosas en un apretado espacio narrativo brevísimo, poroso. He ahí su magia.